Cámaras de todos los formatos, lentes de diversas longitudes, tripies y la histeria propia de los medios de comunicación se arremolinaban alrededor del espacio en las escalinatas del Monumento a la Independencia, donde varias personas acomodaban veladoras y cartulinas plastificadas con la fotografía de cada uno de las niñas y niños muertos ahogados y quemados en el incendio que consumió hace un año menos un día la Guardería ABC del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Algunos de los llamados "activistas" engolaban su voz mientras hacían predecibles declaraciones frente a los predecibles medios que se peleaban por captarlas.
Un grupo de niños llegó y se acomodó en la parte superios de la escalinata, mostrando solidarios su pancarta: "El pueblo de México exige justicia, cárcel a los culpables del incendio de la Guardería ABC: Calderón, Horcasitas, Bours".
Alejados de ellos Abraham Fraijo, sentado en las escalinatas junto a la imagen de Emilia permanecía ensimismado en su propio pesar mientras era fotografiado por decenas de cámaras.
De cuando en cuando algún fotógrafo, intentando obtener una fotografía impactante, se tropezaba pisando las imágenes y apagando las veladoras, mismas que eran encendidas de nuevo por alguna de las pocas personas que estaban ahí meramente por honesta solidaridad.