SME: marcha en la Jornada Nacional de Protesta

Para las cuatro y media de la tarde los contingentes del Sindicato de Mineros y del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ocupaban la vanguardia de la Magna Marcha de la Jornada Nacional de Protesta por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas, en el tramo de la avenida Paseo de la Reforma del Monumento a la Independencia a la glorieta de La Palma.





Miles de trabajadores se preparaban para iniciar minutos más tarde una multitudinaria marcha de protesta por las políticas del Gobierno Federal. En la descubierta avanzaron hombro con hombro con Martín Esparza, Secretario General del SME, el Diputado Federal del PRI y líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC) Cruz López Aguilar y Francisco Hernández Juárez, Diputado Federal del PRD y Secretario General del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM).




El contingente pasó por avenida Hidalgo para entrar al zócalo por la avenida 5 de Mayo. En el templete organizado frente a la avenida 20 de Noviembre fue rodeado por los participantes en la marcha, quienes acabaron ocupando desde la avenida Pino Suárez al oriente y hasta la calle de 5 de Febrero al poniente.





Los dirigentes subieron al templete entre abrazos múltiples y parabienes varios, mientras Fernando Amézcua del SME parecía coordinar a todos. Después de varios predecibles discursos a cargo de los líderes o representantes de los sindicatos de mineros, de la CNC, de Diálogo Nacional varias decenas de personas entraron a la zona delimitada del FIFA Fan Fest, protegida por vallas metálicas.



Fue en esos momentos en que subieron al templete a dos miembros del SME participantes en la huelga de hambre, con más de sesenta días sin probar alimento. Desde su silla de ruedas uno de ellos hizo uso de la palabra por breves minutos, exigiendo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación "no se equivoque" en la resolución de la extinción de la Compañía Luz y Fuerza del Centro.





A pocos metros de la gran algarabía de la protesta sindical el campamento del SME, donde se lleva acabo desde hace ya sesenta y ocho días una huelga de hambre, permanecía en silencio. Unos minutos más tarde la gente de seguridad del SME pidió a los que estaban en el paso que formaran una valla que permitiera a los huelguistas, que habían estado en el templete, ingresar de nuevo al campamento.