sábado, octubre 09, 2010

¿Y la gente, Bernardo?

En la soleada tarde sabatina no más de un par de miles de personas caminaban aburridas por los vacíos "stands" con los que el Gobierno Federal, a través de la Confederación Nacional del Deporte (CONADE) que dirige Bernardo de la Garza, ha bloqueado desde la noche del jueves 7 la vialidad de los carriles centrales y laterales de la avenida Paseo de la Reforma.




En lo que pomposa e inexplicablemente han denominado "Festival Olímpico Bicentenario" –pretexto para dilapidar decenas de millones de pesos del gigantesco y obsceno presupuesto para las "festividades" de la conmemoración del bicentenario del inicio de la lucha por la Independencia y centenario de la Revolución– el conjunto de áreas cercadas al público lucían desiertas.





Sólo en algunas cuantas se veía algún tipo "actividad", como era el caso de la "alberca", en la que una veintena de personas con gorrito permanecía en remojo alzando rítmicamente su brazo derecho mientras eran observadas por media docena de aburridos "extras" acomodados en unas diminutas gradas.




Las calles aledañas a la glorieta del Monumento a la Independencia estaban vacías, salvo por algunas familias que llegaban emocionadas y otras que se retiraban aburridas mientras por las bocinas se escuchaba a todo volumen un "arreglo" en estilo "punchis–punchis" de "Ticket to ride" de The Beatles.




Cientos de vallas metálicas impedían el paso a prácticamente nadie, pues nadie había. Las tiendas de color blanco con los logotipos de los patrocinadores Barcel, Ricolino y bebidas de la marca PepsiCo se encontraban en su mayoría vacías de producto y de gente, mientras a su lado se levantaban enormes inflables publicitarios de los productos chatarra de la marca propiedad de Lorenzo Servitje.




Afuera de la "zona de seguridad", delimitada por el perímetro de vallas, un par de actores disfrazados de payaso –que nada tenían que ver con el estúpido e inmoral gasto del Gobierno Federal– atraían a una multitud mucho mayor con su bien planeada y divertida rutina.