domingo, octubre 10, 2010

La kermesse deportiva del bicentenario

Cientos de familias, que no miles, pudieron ver como se dilapidaban cerca de cien millones de pesos en un festival más parecido a un carnaval deportivo semi-olímpico.





Según Bernardo de la Garza, director de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), se esperaba una respuesta de un millon de mexicanos pero la afluencia en ambos días dificilmente rebasó los siete mil asistentes a lo que difícilmente podría llamarse un "éxito".





Al medio día del domingo, los accesos de entrada estaban desolados y en los laterales de Paseo de la Reforma ya comenzaba el desmantelamiento de montones de carpas vacías con los emblemas del gobierno federal y algunos logotipos de los patrocinadores oficiales.





Hoy no hubo presentaciones estelares, como las de Michael Phelps o la golfistas retirada Lorena Ochoa. Los asistentes, limitados a sólo mirar en escenarios algunas de las disciplinas, "disfrutaron" desde el apasionante ping-pong hasta los saltos de Paola Espinosa.





También hubo actividades para los paseantes, como lo prometió el funcionario público de la Garza, "aeróbics" a cambio de una camiseta con el emblema del gobierno federal y la leyenda "Actívate, Vive Mejor" o concursos para ganarse una bolsa de frituras mientras que los patrocinadores como Barcel, Ricolino y Pepsi vendía y promocionaban sus productos catalogados oficialmente como chatarra y que eran devorados ansiosamente por chicos y adultos con sobrepeso mientras que otros posaban estupefactos junto a los enormes inflables que simulan una bolsa de papitas.







Por aquello de que algún buscado criminal o narcotraficante pudiera estar presente en el "multitudinario" evento, cientos elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) con perros entrenados y Policía Federal custodiaron en todo momento los accesos y deambulaban como limones veraneando alrededor los escenarios deportivos.







El carnaval organizado por el gobierno federal no fue obstáculo para que los capitalinos asistieran al paseo ciclista sobre Reforma de cada domingo y donde se promueve la actividad física. Lo que resultó una molestia para muchos fue que la organización y logística del evento a cargo del Gobierno Federal rompió banquetas y rampas impidiendo el libre flujo de los que por ahí pasaban.






Bernardo de la Garza no debe caber de gusto, los recursos desviados para los fines solicitados, el gasto y las palmadas en la espalda del que encabeza el ejecutivo federal lo amerita. Mientras tanto que la gente se vaya al carajo.