Ahora el presidente usurpador llegó desde temprano a Palacio Nacional en una gélida mañana. La resistencia civil pacífica ahí reunida le recordó que se robó la presidencia de la República y que no habrá ni perdón ni olvido.
El acostumbrado cerco militar con el que se impide el libre tránsito de peatones y de automóviles rodeaba tres de los cuatro extremos de la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, custodiado por centenares de miembros del Estado Mayor Presidencial y varias decenas de granaderos de la Policía Federal Preventiva y algunos soldados frente a Palacio Nacional.
Los mandos del operativo vigilaban a los representantes de la resistencia civil pacífica, que ya para esa hora los habían hecho correr de un lado para otro al simular dos "acciones" en lados opuestos de la valla metálica.
La acción se dio por terminada al cantar el Himno Nacional pues había que dirigirse rumbo a San Lázaro donde esperaba otro contingente de ciudadanos.
A las once de la mañana, un grupo de personas se había reunido con el propósito de entregar un escrito a Ruth Zavaleta en nombre de los ciudadanos, reclamándole el contenido de sus declaraciones y de sus acciones desde que es Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y hacerle una serie de preguntas.
Del interior del recinto legislativo se informó que una comisión de diez personas sería recibida para hacer la entrega del documento. Sin embargo no se pasó del pequeño "Módulo de atención ciudadana para gestoría y quejas del Comité de Información". Ahí el amable personal invitó a sentar a la comisión de la resistencia civil pacífica, quienes vieron llegar a la amable persona de alguien que se identificó como el licenciado Ledezma, persona adjunta del Secretario Técnico de la Presidencia de la Cámara de Diputados. Esta persona, de una manera siempre amable nos dio a entender que no había manera posible que Ruth Zavaleta les concediera al menos cinco minutos de su tiempo, ya que "su agenda no se lo permitia". Finalmente él recibió de manos de la resistencia civil pacífica el documento, comprometiéndose a hacerlo llegar a la diputada Zavaleta.
Una vez más, y para dar por terminada la acción en el recinto legislativo de San Lázaro, se cantó el Himno Nacional.