A las once de la mañana, en su legítimo derecho a manifestarse, ciudadanos reunidos en la explanada del Metro Constituyentes marcharon hacia la puerta número uno de Los Pinos como lo marca la costumbre desde que se usurpó la presidencia de la República. Como cada día primero se le recuerda, a quien se ostenta como jefe del ejecutivo, que para él no habrá ni perdón ni olvido.
Gerardo Fernández Noroña recalcó, una vez más, que la resistencia continuará manifestándose pacíficamente en contra del usurpador, su política y sus métodos de represión. También añadió que, ante los problemas financieros que atraviesa Estados Unidos, es probable que el Banco de México intente utilizar una reserva de 83 mil 500 millones de pesos que tiene guardada, propiedad de todos los ciudadanos, para evitar que esta crisis ponga al descubierto el evidente fracaso de las políticas económicas de la administración del gobierno usurpador.
Esta vez los integrantes de la resistencia civil pacífica llevaron pelotas de unicel pintadas de negro, aparentando ser unas "bombas ACME", representando los principales problemas del país como: la carestía, la inseguridad, la corrupción y la privatización de PEMEX. Problemas que, por ineptitud, están a punto de explotar en las manos al presidente usurpador.
Una vez arrojados los "problemas-bomba", Fernández Noroña comentó que siempre va a ejercer su derecho a manifestarse por lo que invitó a los ciudadanos para que hoy a las ocho de la noche acudan frente a Palacio Nacional donde el presidente espurio ofrecerá una cena de gala en el marco del Primer Congreso de la Cultura Iberoamericana: Cine y Audiovisual en Iberoamérica. Se cantó el himno nacional y se acordó en regresar el próximo primero de noviembre para recordarle que para él no habrá ni perdón ni olvido por robarse el mandato popular.