domingo, junio 24, 2007

Ni perdón ni olvido, los días del gran plantón.

El 30 de julio de 2006 se instaura la asamblea permanente con un gran plantón de cerca de 12 kilómetros que se apostó en un tramo de la avenida del Paseo de la Reforma, a todo lo largo de la avenida Juárez y sobre la calle Madero hasta la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, que dejó una fuerte marca en quienes lo vivieron día a día y también en quienes lo criticaron, muchos de ellos en pleno uso de su ignorancia.







Este acto de Resistencia Civil Pacífica fue grande no sólo por su tamaño y duración, sino por su contenido. El coraje de la gente era sincero, honesto y digno. El plantón fue real, ahí estuvo, a nadie se le pagó por ir y a lo largo de los kilómetros la gente se expresó con indignación en carteles y pláticas informativas en la calle; se crearon canciones, poesías, pinturas y esculturas. Fueron casi cincuenta días con sus noches, noches de mucha lluvia que jamás diluirá los discursos de las siete de la noche en las asambleas que se celebraron, donde se generaron e intercambiaron ideas, propuestas y de donde surgió un Gobierno Legítimo.









"Voto por Voto, Casilla por Casilla" fue la exigencia, pero la usurpación se consumó. La Sombra de la duda jamás se disipará y el agravio hacia la nación no se debe olvidar.













El gran plantón, en resistencia civil y pacífica, terminó la noche del 14 de septiembre de 2006, las carpas y las tiendas se levantaron; la gente se fue y las calles nuevamente se llenaron de lo vacío de la cotidianeidad. La mañana del 15 de septiembre no quedaba una sola evidencia física de lo sucedido ahí durante cincuenta días pero para muchos, el plantón sigue en la mente y en el corazón.











Un saludo,
Aquiles Voy.