miércoles, octubre 25, 2006

¡No están solos! ¡No están solos!

¡No están solos! ¡No están solos!

-Dedicado a los 21 mujeres y hombres de Oaxaca en huelga de hambre que, entre muchas cosas, exigen la renuncia de Gobernador Ulises Ruíz.-

La Resistencia Civil Pacífica tomó uno de los caminos acostumbrados y se dirigió a la calle de Tacuba, la consigna era clara y precisa: -¡No están solos! ¡No están solos! -

Era el campamento de la APPO apostado frente al Senado de La República, Los tomaron por sorpresa, los aplausos de maestras, maestros e integrantes del movimiento Oaxaqueño no se hicieron esperar y contestaban a coro ¡si se ve, si se ve, ese apoyo si se ve!

En un campamento ubicado justo en la puerta del Palacio de Minería una hermosa mujer oaxaqueña observaba con sorpresa a la multitud que marchaba en apoyo a su causa y en repudio hacia Ulises Ruiz y su corrupto e ineficiente gobierno. Sus negros ojos, de pronto, se inundaron nos miramos y nos abrazamos. En ese momento no había palabras y un llanto mutuo se apoderó de ese instante en un diálogo silencioso que decía:

–Esto es injusto, es doloroso pero ¿sabes qué? no nos vamos a dejar. –
no nos despedimos.

Más adelante, un grupo de húmedas miradas se encontraron con mis lágrimas que no cesaban, no nos quedó más que consolarnos con unas palmadas en la espalda, en señal de solidaridad.

Seguí y mis ojos seguían empapados, pasé de largo y ya no había paso. Las rejas y la fuerza pública lo impedía. El Senado de la República estaba cercado. Recargué mis cuerpo sobre la reja y tapé mi rostro con mis manos, no sabía como disimular la emoción que me embargaba. Sabía que era de tristeza, pero era una tristeza que no provenía del corazón, ni del alma, era una tristeza que provenía de más adentro. Al descubrir mi rostro observé que uno de los granaderos me había estado mirando y me dedicó una leve sonrisa de consuelo mientras que su compañero contiguo movía ligeramente sus labios y repetía en sincronía la arenga que la gente coreaba una y otra vez -¡El pueblo unido jamás será vencido!-

Un saludo,
Aquiles Voy