Al punto de las doce del día media docena de camiones foráneos permanecían estacionados en la banqueta de la lateral de la avenida Paseo de la Reforma, frente al Monumento a la Independencia conocido también como El "Ángel". Distintos grupos en las escalinatas del monumento eran fácilmente distinguibles de los demás por la indumentaria: unos uniformados con camisetas negras con el texto en blanco "por nuestro derecho a saber y el derecho a informar", otros portando sombreros similares y un grupo por allá usando mallas y tutús color rosa practicando pasos de ballet.
Poco a poco fueron apareciendo caras conocidas, Ricardo Rocha y José Cárdenas concentraban la mayoría de haces de lentes y micrófonos. Sonrisa por aquí, saludo forzado por allá esperaban con la humildad que sólo alguien que no conoce el significado de esa palabra puede hacerlo. Minutos después las cámaras se dirigieron a Miguel Ángel Granados Chapa quien de manera particularmente cortés, preocupada, certera y clara respondía a las preguntas de quienes no tenían mucha idea de qué hacían ahí y por qué en sábado. El poseedor de la presea Belisario Domínguez precisó que no es necesario ningún cambio en la legislación, sino que basta hacer cumplir con eficiencia la ley actual.
Llegó Rosario Ibarra y fue rodeada de micros y cámaras mientras ella sonreía a ellas. Poco antes de las doce y media y de manera particularmente desorganizada se dio lectura a los nombres de los miembros del gremio periodístico que han muerto o se encuentran desaparecidos en el cumplimiento de su labor profesional. Algunos querían estar demasiado cerca de los otros, y por el contrario, otros deseaban estar lo más alejados posible de aquellos.
El tráfico sabatino empeoraba en la avenida Florencia y el contingente intentaba organizarse para su salida, una oficial de Tránsito de la SSP-GDF comentaba con su colega, el oficial R. "a ver si nos regalan una de esas camisetitas negras, ahora que ellos son los que estarán bloqueando las calles" –al acercarme y continuar con esa plática ella me comentó: "pues ahora son los 'terceros', los 'otros', los 'demás' los que bloquearán el tráfico. A ver si dicen del caos que están organizando."
La marcha avanzó sin la energía de otros contingentes que por su convocatoria o emotividad han pasado por esa avenida. Los distintos grupos avanzaban aislados y dejando una significativa distancia entre algunos de ellos. De repente al llegar a la glorieta de Cristobal Colón el paso de la columna se detuvo. Los fotógrafos y camarógrafos que cubrían desde la vanguardia soltaban carcajadas mientras los comentarios sarcásticos comenzaban a escucharse y dispersarse a lo largo de la gente: Una manta con el título de "Se buscan" presentaba los rostros de Ciro Gómez Leyva, Pedro Ferriz de Con, carlos marin y Pablo Hiriart y los denunciaba como "peligrosos seudoperiodistas integrantes del cártel desinformativo de Milenio".
La marcha acortó el recorrido entrando por las calles de Morelos y de Abraham González para alcanzar la puerta posterior del Palacio de Cobián. Satisfechos de haber recorrido poco más de tres de kilómetros juntos, las caras de los sudorosos presentes rebozaba inexplicablemente de alegría.