domingo, febrero 24, 2008

Contra los rapaces y sus aliados

24 de febrero, Ciudad de México.

La gran sombra que proyectaba la Torre de Petróleos Mexicanos (PEMEX) a las once de la mañana, cubría a los miles de ciudadanos que asistieron a la Asamblea General por la Defensa de la Constitución y el Petróleo para escuchar los planes y las acciones que se llevarán a cabo si se llega a presentar una iniciativa para privatizar la paraestatal.




El acto comenzó con los oradores del Partido Convergencia y del Partido del Trabajo, los cuales refrendaron su apoyo para impedir la privatización del petróleo, luego le llegó el turno al diputado Javier González Garza pero en cuanto comenzó a hablar, los chiflidos y abucheos no se hicieron esperar a tal grado que su discurso tuvo que ser interrumpido por el mismo Andrés Manuel López Obrador para acallar los gritos de la gente que crecían más y más. –“Tenemos por encima de todo estar unidos y ser respetuosos con nuestros compañeros. Nada de gritos aquí todos nos vamos a escuchar porque todos nos hacemos falta en esta lucha para sacar adelante al país. Yo les pido a ustedes que escuchemos con atención y con respeto al compañero Javier González Garza”. Se hizo el silencio y González Garza pudo continuar con su discurso.



La senadora Rosalinda López, una de las coordinadoras del movimiento, dio a conocer que de presentarse una iniciativa para privatizar PEMEX iniciarán una huelga legislativa en San Lázaro y en el senado, esta acción irá a la par con actos de resistencia civil pacífica, realizando cercos en ambas cámaras, así como en los palacios legislativos de cada estado para exigir a sus legisladores y gobernadores que se manifiesten en contra de la privatización y en caso de no ser retirada dicha iniciativa, se realizarán cercos ciudadanos en aeropuertos, carreteras y oficinas estratégicas administrativas y financieras de PEMEX, sin embargo, si con todo y eso no retiran la iniciativa de privatización, se convocará a un paro patriótico nacional.



Estas propuestas junto con otras, como la de formación de brigadas patrióticas y concentraciones en plazas públicas para difundir información por la defensa del petróleo, fueron aprobadas en unanimidad, a mano levantada, por la Asamblea ahí reunida y conformada por cerca de cinco mil ciudadanos.





En esta Asamblea, Andrés Manuel López Obrador, denunció a Juan Camilo Mouriño Terrazo, como el principal promotor de la privatización de PEMEX y entregó a los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) minutas, documentos y datos técnicos de los contratos millonarios que Mouriño obtuvo como Subsecretario de Energía, para que impulsen la realización de las auditorías correspondientes.





A pesar de las incomodidades del lugar y de la extraña disposición del templete, pues mucha gente quedó detrás de la reja que divide la avenida Marina Nacional, se pudo escuchar, lejos y fuerte; todo el mundo estuvo atento al discurso y al llamado del presidente legítimo para defender lo que es de los mexicanos, formando brigadas de información para la defensa del petróleo.




Casi al finalizar, López Obrador expresó absoluto desacuerdo con la reforma judicial y solicitó, a los dirigentes que integran el FAP a explorar y agotar todas la posibilidades legales para lograr la libertad de los presos políticos de Atenco, de Flavio Sosa y de todos aquellos hombres y mujeres encarcelados por razones políticas o sociales. En ese instante, las miles de banderitas se levantaron y estallaron los gritos –“!Presos políticos libertad!”-mientras, se veía como Doña Rosario aplaudía a unos pasos atrás del presidente legítimo.



Para concluir, recordó la cita para el 18 de marzo a las 5:00 de la tarde, si no es que antes, en la Plaza de la Constitución para conmemorar los 70 años de la expropiación petrolera y se hizo el firme compromiso de no permitir que la derecha, esa minoría rapaz y sus aliados, cancelen el futuro de los mexicanos.