Ciudad de México, sábado 14 de octubre, cerca de las once de la mañana, maestros, padres de familia y sus hijos del Movimiento por Escuelas Públicas y ciudadanos de la RCP se dieron cita en Av. Chapultepec 18.
Momentos antes, un contingente de la RCP se había dado cita en la casa de trabajo del Presidente Legítimo, Andrés Manuel López Obrador para darle la bienvenida después de la gira que realizó en su natal estado en apoyo al candidato por la Coalición por el Bien de Todos, Raúl Ojeda.
Alrededor de las 10:30 a.m. arribó a la que antes fuera su casa de campaña en la calle de San Luis Potosí #64 de la colonia Roma. A todos agarró desprevenidos y el auto blanco ingresó inmediatamente al garage de la casa. Por tan sólo un instante unos pocos lo vieron, ese instante en que levantó su mano y saludó.
Ya después, en Chapultepec 18, comenzó el acto de resistencia. Esta vez consistió en postrar a las puertas de la empresa de Emilititito Bascárraga , una boleta de calificaciones gigante en la cual se calificarán, mes con mes, información, veracidad y contenidos, básicamente, de dicho consorcio.
En su primera evaluación, correspondiente al mes de septiembre, esta compañía que fomenta la ignorancia, reprobó con cero en todas las materias.
Uno de los maestros asistentes expuso un punto certero y devastador: Todo lo que uno estudia y trabaja con los niños y niñas por la mañana es destruido, en la tarde, por televisa.
Bien lo dijo Jesusa, en lo que ahora ya es una consigna favorita: despacio sin prisa, televisa te idiotiza.
En las manos del espectador está la solución: Apagar el aparato receptor.
Para que un medio masivo funcione requiere, precisamente, de las masas. Quien quiera ser parte de esa masa alienable y sometida, muy su pedo. El individuo tiene la capacidad de generar sus propios gustos y opiniones.
La responsabilidad de los medios en meramente la de informar y estar apegados lo más posible a la verdad y a la legitimidad. Los medios, no están para educar, no toda la culpa es de ellos.
Si tienes tele ¡no la veas!
Un saludo,
Aquiles Voy.
